El conejo al ajillo es un plato español clásico que se ha hecho durante generaciones. Representa una receta tradicional con un sabor sutil y delicioso. El conejo al ajillo es una comida fácil de preparar, ideal para cualquier ocasión desde una cena informal hasta una fiesta.
Para hacer el conejo al ajillo, primero es necesario conseguir un conejo fresco. El conejo se lavará bien con agua fría y se cortará en trozos pequeños. Se recomienda usar un cuchillo afilado para cortar el conejo en trozos para que se cocine uniformemente.
Una vez que el conejo esté cortado, se debe sazonar con sal, pimienta y una cucharada de aceite de oliva. Esta mezcla debe cubrir el conejo por completo y se dejará reposar durante una hora para que los sabores se impregnen.
A continuación, se necesita una sartén grande para saltear el conejo. Se calentará la sartén a fuego medio y se agregará una cucharada de aceite de oliva. Cuando el aceite comience a burbujear, se agregarán los trozos de conejo y se saltean por aproximadamente cinco minutos.
Una vez que el conejo esté ligeramente dorado, se agregarán a la sartén una cucharada de ajo picado, una pizca de perejil y una cucharada de vino blanco. Se dejará cocinar el conejo durante otros cinco minutos y se agregará una cucharada de mantequilla para añadir sabor y suavidad.
El conejo al ajillo estará listo para servir cuando el conejo esté suave y la salsa se haya reducido. Se recomienda servir el conejo con una guarnición de patatas fritas o arroz blanco. El conejo al ajillo es un plato fácil y delicioso que sin duda deleitará a sus invitados.